SALAS DEL MMAM
¡Qué de ecos! ¡Cuántos lamentos!... De la locura del
“delirium tremens” a la cordura insensata del anciano. Desde el vuelo congelado del encarcelado
hasta el encarcelamiento del vuelo del alcohólico. Es decir que la casa se fue hinchiendo de
tragedia y de espanto, sus espacios se cargaron de cadenas, de grillos
inmateriales que debían sonar por las madrugadas y que no los oía porque el
rumor del río, a la distancia, era el único medio de evasión, de transparencia
y purificación”.
ENLACE MUSEO DE ARTE MODERNO DE BOGOTÁ
VIDEO DE ARTE
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